Cuando las bacterias crecen sobrepasando un cierto nivel, son capaces de producir lesiones en los tejidos periodontales. La gravedad de las lesiones producidas por las bacterias en el periodonto depende de la susceptivilidad individual que es una característica genéticamente determinada.
Con frecuencia las personas que padecen periodontitis, sobre todo las de formas más severas, encuentran afectados entre sus padres o hermanos, lo que habla del carácter familiar-hereditario. El hecho de ser tan frecuentes, muchas veces quita peso a este elemento, para ser consideradas como coincidencia familiar debida a la alta incidencia.
Por lo tanto, y considerando que hoy en día poco podemos hacer por modificar la predisposición genética, la forma de prevenir y tratar las periodontitis es el control de la placa bacteriana.
Las formas más frecuentes aparecen en adultos, empezando sus primeras manifestaciones a edades en torno a los 35 años. Cuanto más joven sea la persona en el momento de aparecer, más severa será la periodontitis y más cuidados necesitará.
El diagnóstico de certeza sólo lo puede realizar el dentista por lo que en caso de presentar algunas de estas circunstancias deberá consultar con él para que valore la situación y le aconseje como actuar.
En ocasiones aparece una tendencia aumentada al sangrado de encía como en ciertos momentos de la vida de la mujer, relacionados con cambios hormonales, como los embarazos y la menopausia.
La movilidad refleja que en torno al diente se ha perdido soporte o anclaje al hueso maxilar y es tanto mayor cuanto más avanzada está la enfermedad.
Otras circunstancias en que la movilidad se incrementa se asocian a las fuerzas ejercidas sobre los dientes con una intensidad y dirección inadecuadas, pero en estos casos se necesita un tratamiento diferente.
Si después de aplicar la seda la huele, comprobará que desprende mal olor lo que es reflejo de las bacterias y la alteración que producen en su encía. Este olor será peor cuanto más tiempo haya pasado sin aplicarla en la zona.
La forma de contagio es el beso pero de entrada no se recomienda cambiar ningún hábito de relación aunque si usted padece esta enfermedad conviene que aconseje a sus familiares realizar una sencilla revisión con el dentista para descartar la afectación.
Estas pruebas se basan en la detección de la alteración genética de una sustancia llamada Interleuquina y se realizan en sangre o la saliva. Las personas que tienen esta alteración, presentan una predisposión mayor a la enfermedad periodotal que el futuro que las que no la presentan. Es posible que en los próximos años vayan apareciendo más sistemas parecidos que cada vez aportarán mayor posibilidad de detección precoz de estos problemas.
Son análisis algo costosos, disponibles desde fechas muy recientes pero que le permitirán, sí usted padece enfermedad periodontal, detectar en sus hijos la predisposición a padecerla, para de esta forma aplicar en ellos protocolos preventivos de forma precoz.
En el caso de la gingivitis es suficiente una mejora de la higiene oral y la profilaxis periodontales que son actuaciones preventivas rápidas, sencillas y nada molestas.
En las periodontis, en primer lugar se realiza un detenido estudio periodotal clínico y radiológico, para valorar la situación en el momento de empezar. En ocasiones se hace necesaria la utilización de pruebas complementarias.
La fase básica del tratamiento va dirigida a eliminar las bacterias de la bolsa periodontal y se conoce como raspado. Cuando la bolsa periodontal es profunda habitualmente no se consigue un buen control de la infección en la misma por lo que se hace necesaria la cirugía periodontal.
En ocasiones no se consigue este resultado de control total y en este caso la enfermedad avanza aunque de forma más lenta que sin tratamiento. Estos casos son:
– Formas muy agresivas como las que aparecen en niños y adultos muy jóvenes.
– Fumadores de más de un paquete al día.
– Pacientes con enfermedades generales como diabetes graves o que toman ciertos medicamentos.
La mejor manera de reponer sus dientes es mediante prótesis fija apoyada sobre sus propios dientes, si estos pueden soportarla, o sobre implantes. Las prótesis removibles habitualmente perjudican a la encía y a los dientes remanentes, por lo que debe colocar si no existe la posibilidad de llevar prótesis fija.
La decisión del tipo de próteisis indicada en su caso debe tomarla su dentista y lleva una cierta complijidad, por lo que le recomendamos que se asegure bien antes de decidir y nunca confiar en quien no posea cualificaión adecuada.